En toda cirugía tanto de la cara como en el resto del cuerpo, el cirujano plástico busca mantener y restituir forma y armonía. Es muy frecuente que en el caso del mentón el paciente no esté consciente de su alteración, y sea el médico quien le sugiera el cambio para armonizar y balancear las proporciones de su óvalo facial. Un mentón retruido se asocia con una falta de carácter, al contrario que una proyección exagerada del mismo otorga un carácter rígido a la misma. La manera mas frecuente de corregir este problema es mediante implantes. A través de una incisión preferentemente en el surco cervicomental, se procede a la colocación del mismo sobre el tejido oseo logrando el balance deseado. Algunos materiales permiten la fijación con tornillos minimizando las posibilidades de malposición en el postoperatorio.

Si bien es un procedimiento sencillo, requiere un adecuado diagnóstico e indicación del tipo de implante a fin de evitar deformidades por exceso de tamaño. Es importante también que el cirujano sepa advertir ciertos casos en los cuales este retromentonismo se acompaña con algún trastorno de la oclusión dentaria y en el cual probablemente la solución no resida en un implante, sino en una cirugía del esqueleto facial. Una alternativa en aquellas retrusiones severas es la de modificar directamente el hueso mediante una osteotomía, o corte en el mismo, con un deslizamiento generalmente anterior. Es en estos casos severos en los cuales los implantes suelen tener pobres resultados.

En caso de efectuarse de manera aislada tiene un postoporatorio bastante llevadero con una rápida reinserción laboral, aunque lo mas frecuente es la combinación con una rinoplastia

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